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Rodrigo de Las Riberas, diseñador gráfico
Por Yasna Araya
Rodrigo es un hombre sencillo. Tanto su apariencia, vestimenta, gestos, palabras y el entorno que lo rodea, no denotan ni el más mínimo grado de extravagancia. Aún así, acercarse a él y conocer su interior no es cosa fácil. Al comienzo esquiva la mirada y las ideas se le mezclan al intentar manifestarlas, pero luego de un rato, parece conseguir la confianza que necesitaba y se expresa con soltura.
A sus 27 años, tiene dos títulos profesionales: técnico universitario en publicidad en la Universidad de Santiago, Usach, y técnico en diseño gráfico en el Instituto Duoc UC. Ambas carreras requieren un trabajo minucioso pero dinámico y guardan una estrecha relación con la creación de elementos novedosos y cautivadores.
Dice no tener preferencias específicas por ciertas actividades, sino que le gusta hacer muchas cosas a la vez y mantenerse siempre ocupado. Le habría gustado poder vivir del rock, pero como es algo complicado tomó la decisión de estudiar. Ahora aprovecha cualquier oportunidad que se presente para tocar música con sus amigos.
La mayor parte del tiempo la destina a trabajar y admite que le gusta estar estresado: “igual me gusta eso, por lo que te decía al principio, cachai, me encanta hacer cosas y trato de no quedarme en la casa porque soy medio depresivo, entonces prefiero mantenerme ocupado que ponerme a pensar leseras”. Producto de su afán por realizar muchas tareas simultaneas y con rapidez, una de las cosas que más le molesta es cuando la tecnología no funciona como debería.
- ¿Siempre quisiste estudiar publicidad y diseño juntos?
- No, no sabía bien. Hubo un año, en el 99, que estudié filosofía en la Chile, un año. En realidad cuando salí del colegio no sabía muy bien que quería, em… pero sabía que era algo humanista, de todas maneras, la matemática no, ¡en la vida! (risas).
- ¿Qué te llevó a estudiar publicidad finalmente?
- Me puse a buscar qué carrera podía ser como entretenida y, bueno, en ese tiempo era muy carretero entonces también pensaba en algo que llevara carrete, diversión y un poco de estudio. Era la opción que más me entretenía. Me acuerdo que en ese tiempo grababa hartos comerciales en vhs y que me llamaba mucho la atención saber de producción de películas, de televisión, entonces como que ese lado me tincó.
- ¿Y diseño por qué?
- Porque cuando salí de la carrera me quedé en pelota. Me di cuenta que había estado ahí tres años y que no sabía nada. Por eso decidí estudiar diseño para complementar el titulo que ya tenía y para pulirme. Me acuerdo que hice una práctica para poder sacar el titulo en la Usach y fue un desastre; ahí me di cuenta de que me faltaba mucho todavía, entonces por eso opté por seguir estudiando diseño después.
- ¿Las carreras que finalmente seguiste, tienen relación con lo que querías ser cuando niño, por ejemplo?
- Em… no sé. Yo quería ser como estrella de rock, también me acuerdo que a mi papa le hacia comentarios de que quería ser futbolista. Lo otro que quería ser era taxista, me llamaba la atención manejar un taxi en la noche. Entonces tener algo así definido, como quiero ser astronauta o bombero, no era muy de mi tipo, como que siempre con cosas así medias cuáticas.
Rodrigo señala que las oportunidades de trabajo para un diseñador no abundan y que “es brígido… porque hay dos opciones: tienes que ser demasiado seco, cosa que no soy, o tienes que tener muy buenos contactos, cosa que yo no tengo”. Cuenta que muchos de sus colegas, a pesar de estar titulados, hoy “trabajan en bancos o de mozo, nada que ver, cachai, y los que trabajan en agencias no están tampoco muy estable”.
- ¿Cuál es, a tu juicio, la principal dificultad para conseguir trabajo?
- Lo que pasa es que en este negocio hay muchos tipos frescos, que te contratan por un año como “eterno practicante”, pagándote muy poco, prometiendo que te va a contratar, hasta que encuentra a otro más pavo que uno y chao, pa’ la casa. Así se van rotando los personajes en las agencias, osea, dudo que alguien haya estado trabajando más de tres años en una sola agencia, es como un poco inestable la oferta laboral. Yo creo que la idea está en independizarse; mi campo va por la independencia, hay que atacar a las pymes y ofrecer bueno bonito y barato, pero harto.
- ¿Y cómo es el sueldo que reciben?
- Depende. Yo trabajé en agencia un año y me pagaban 250 mil pesos mensuales, que no es mucho, osea, es más que el mínimo pero no es tanto, con eso no mantienes a una familia tampoco. Pero, ponte tú, tengo un compañero, que es como el que está ganando más y gana 7 gambas, pero no he sabido de sueldazos, no es como haber estudiado medicina o periodismo (risas).
- ¿Cuántas veces has trabajado en lo que estudiaste?
- Como dos veces…
- ¿Pero contratado o como practicante?
- Em… no, nunca he estado contratado en una agencia, pero si he trabajado de forma independiente, harto, y como practicante, o como free lance, ahí me pagan por pega o por media jornada. Pero así como con contrato y todo eso, no, no tengo idea lo que es estar en una Isapre ni lo que es una AFP.
- ¿Cuál sería la clave para que un diseñador consiga trabajo?
- Puede ser… yo creo que pasa mucho por el nivel de “engrupimiento” que tenga la persona, la dura, osea si se venden bien la van a lograr, y yo en realidad no tengo mucho esa onda de venderme, entonces se produce algo contradictorio. Yo en realidad no me vendo mucho, osea trato de venderme lo menos posible o bajo mis reglas, cachai, entonces a lo mejor por eso me cuesta más. A lo mejor si fuese más sistemático me sería más fácil, pero igual como que la rebeldía del rock todavía está en las venas (risas).
Entre todas las cosas que ha hecho en la vida, Rodrigo reconoce que la que más lo enorgullece es haber estudiado diseño “porque lo pagué yo y me costó caleta sacarlo… trabajé un montón para poder juntar las monedas…”. Hoy considera que valió la pena el esfuerzo.
- ¿Qué trabajos te han dejado más satisfecho?
- Em… con unos amigos hicimos una campaña para una zapatería que se llama Gotta. Eso fue un pituto de nosotros, lo sacamos adelante nosotros, hicimos toda la producción, todo, y fue entretenido, fue bueno y rico haberlo hecho así. Ahora también están bien entretenidas las pegas que estoy haciendo.
-¿En qué estás ahora?
- Trabajando como free lance en Consalud y en Mapcity y haciendo la práctica en una agencia de diseño. Lo que hago en Mapcity es como bien entretenido, osea son marcas grandes pero igual pagan como free lance, pero estás trabajando, por ejemplo, en una pieza gráfica que va a salir en el diario, cachai, y después verla impresas es como algo igual rico, se proyecta harto.
- ¿Y tú, como te proyectas? ¿Tienes alguna meta o sueño?
- Em… no, ya lo hice todo. Podría morirme tranquilo…
- ¿De verdad?
- Osea si, igual me quiero independizar, eso más que nada. Y las cosas típicas que yo creo que todos quieren como viajar, no sé, en algún minuto tener familia, cachai, pero eso ya son como clichés. Incluso la independencia también puede llegar a ser un cliché, pero por ahí va. Creo que en el fondo quiero dejar de pedir favores, eso sería la máxima meta.
- Em… no sé. Creo que como ha sido la linea de la entrevista, así como una persona honesta, a calzón quitado, con trasparencia. Me gustaría que se reflejara que soy una persona trasparente, que no va a venir con cuentos de que la cosa es fácil, que todo se da en bandeja porque no es así.
- ¿Qué le dirías a los que desean estudiar diseño?
- Que lo hagan porque hay pegas, pero hay que moverse, osea, si te quedai esperando a que te llamen, olvídalo, no es como otras carreras tradicionales en que realmente te puedes quedar esperando a que te llamen. Tienen que moverse, golpear un millón de puertas, no bajar los brazos, pasar muchas vergüenzas, bajonearse, pasar por que te traten mal o te tiren pa abajo. Si vas a estudiar diseño o publicidad se requiere un nivel de aperramiento, osea, si no eres jugao’ o eres una persona muy débil o demasiado sensible, es recomendable que no lo hagas porque pueden haber muchas potenciales frustraciones en el camino. Si eres una persona como débil de carácter o algo así, mejor que no porque vas a sufrir mucho y sería recomendable que buscaras otra cosa.
- ¿Y tú buscarías otra cosa? ¿Volverías a filosofía?
- ¡Volveré!, pero cuando tenga más de qué hablar. Cuando era chico no tenía mucho de qué hablar, era un loco que recién había salido del colegio, católico más encima, de una burbuja, entonces no cachaba nada. Cuando estaba ahí tenía unos compañeros que tenían como 50 o 60 años, eran así como un grupo de viejos jubilados ya y eran secos en las clases, si habían vivido toda una vida, entonces sabían porque sabían de la vida, cachai. Entonces como que los vi y dije “eso quiero pa’ mi”, así que volveré a eso pero cuando sea viejo, cuando ya tenga una vida hecha. Volveré a filosofía porque todavia me gusta caleta.
¿A la misma Universidad?
- A la Chile, ojalá sea en la Chile de nuevo, en el Gómez Millas…
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