lunes, 3 de diciembre de 2007

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Francisca Iribarne, cantante:

“NO ES RECOMENDABLE SER ARTISTA EN CHILE”.

Así de categórica fue al hablarnos de su experiencia. Nos comenta sobre la situación actual chilena, los programas de televisión y el mundo de la música.

Por Virginia Price.

Visualícese de la siguiente forma: disfrutando de un happy hour en un exclusivo hotel de Santiago acompañado de una hermosa mujer que canta para amenizar su velada. Parece una buena forma de empezar la noche. Sin embargo, hay una historia detrás de cada mujer que se para, día a día, frente al micrófono para cantarle a los múltiples viajeros que pasan por los hoteles de nuestra capital. Esta vez, en el Hotel Intercontinental.

Francisca Iribarne tiene 27 años y desde los 15 que canta profesionalmente. Es una mujer bonita y, después de dos hijas, tiene una hermosa figura. Vive en San Carlos de Apoquindo y pareciera tener una vida como muchos quisieran. Sin embargo, no es tan simple, y el ser cantante trae muchas satisfacciones, pero al mismo tiempo, bastantes obstáculos que no siempre son fáciles de superar. “Es todo un trabajo de invertir mucho tiempo, de perder muchas cosas para conseguir muy poco, tampoco es un trabajo de lo mejor que hay en este país”. Así, fuimos a su casa y conversamos con ella.

- ¿Cuánto tiempo llevas cantando?

- Profesionalmente empecé a los 15 años. Antes en el colegio cantaba para los actos cívicos y concursos, pero nada serio. Ya tengo 27, así que llevo como 12 años cantando. He hecho eventos súper importantes, así que estoy bien contenta con eso, es una carrera artística de toda una vida.

- ¿En qué trabajas ahora?

- Estoy cantando en el Hotel Intercontinental desde el verano del año 2002, ya voy para el sexto año trabajando ahí. Esa es mi pega fija, he tenido la posibilidad de conocer gente súper importante ahí, me han salido varios eventos, como de gobierno, embajadas o empresas súper grandes.

- ¿Qué cosas has hecho a lo largo de tu carrera?

- Sólo cantar, pero a personas importantes. Por ejemplo, le canté los cumpleaños y aniversarios de matrimonio al general Pinochet, al gobierno militar y a la embajada de los Estados Unidos, a unos mineros sudafricanos que controlan gran parte de la minería mundial y para empresas grandes como Claro. He cantado en Espacio Riesco, en el Palacio Riesco, me han llevado a Pucón, a Chillán a cantar en una inauguración del mall, y demasiados matrimonios.

- Y, ¿haces esto porque te gusta?

- Es que es lo único que sé hacer. Aspiraciones hay muchas, como de poder cantar fuera de Chile, pero de hacerme famosa así como de discos, no. Yo me niego a eso, de haber querido hacerlo hubiera seguido participando en la televisión, hubiera ido a Rojo, porque me insistieron muchas veces que fuera a Rojo, incluso me llamaron los productores del programa, pero no quise porque en este país para ser famoso tienes que entregar mucho, como tu integridad. Y no estoy en condiciones de hacerlo, ya en este punto de mi vida no quiero, no estoy ni ahí.

- ¿Planeas en algún momento salirte de la música?

- Sí, tengo planes de hacerlo, como trabajo fijo, porque llega un minuto que es cansador. Yo canto tres horas diarias, y puede sonar muy poco, pero son tres horas en que tienes que estar ocupando la garganta y a la larga, cansa. Tienes que estar cuidándote de no quedar afónica, de la primavera, las alergias, que se te atragantó algo, que te dan ganas de toser y de no resfriarte, porque si no vas al hotel es un día menos de paga. Por otro lado, no es rentable porque han salido muchos artistas nuevos, dentro de las mismas academias de música, cobrando “luca” por cantar toda la noche. Para los eventos ha salido mucho DJ con música embasada, lo que les sale mucho más barato y prefieren gastarse todos los millones de pesos en un humorista que sea la estrella de la noche, antes de llevar variedad y cosas elegantes y bonitas.

- ¿Son compatibles una vida artística con una vida familiar?

- En mi caso son súper compatibles. Incluso es más compatible de lo normal, porque yo trabajo de tarde-noche, entonces estoy todo el día en mi casa desocupada. Hago el aseo, voy a dejar a mis hijas al colegio, almorzamos en familia, etc. Lo único malo es que no puedo juntarme a la misma hora que quiere juntarse el resto de la gente a tomarse un café por ejemplo, no puedo ir a reuniones del colegio de mis hijas o reuniones de la iglesia en que participo.

- Teniendo dos hijas, ¿es posible mantenerlas adecuadamente siendo cantante?

- Ahora que vivo con mis papás no es difícil, somos como una gran tribu que vive en esta casa y todos aportamos con nuestro sueldo. Pero se supone que me voy a casar y no sé como pretende mantenerme (ríe), porque yo creo que igual cantaré en una u otra parte por ahí, pero va a ser sumamente complicado. Ahora, si yo puedo y tengo mis eventos, obviamente voy a trabajar en esto también. No es que yo a él lo vaya a incluir en mis planes de cantante, pretendo yo incluirme dentro de sus planes (ríe).


LOS ARTISTAS Y LOS CIUDADANOS

- ¿Qué opinas de las políticas públicas con respecto a los artistas? ¿Impulsan a los jóvenes o los terminan desmotivando?

- Yo creo que no te impulsan. De hecho, los programas de cantantes como Rojo no ayudan mucho porque los únicos que pudieron emerger un poco serán dos y su carrera no es la mejor. La María Ximena Pereira supuestamente es cantante y está de animadora en un programa nada que ver. A las bandas les cuesta un montón salir porque es como una mafia: los pisotean y no los dejan emerger. Al final es un círculo vicioso, aquí sale el que esté más “apitutado”, ese es el problema. A mí, por ejemplo, no me dejaron emerger cuando estuve en televisión. Participé en un programa de cantantes de Canal 13, en el “Nace una Estrella”, gané el primer programa, y porque otros cantantes tenían más contactos en el canal, no pude ganar el segundo.

- ¿Consideras de las posibilidades que tienen los ciudadanos para acceder al arte son adecuadas?

- Los accesos están, yo creo que la gente sí tiene la posibilidad de conocer arte, simplemente no le interesa. También es tan elitista, te sacan un ojo de la cara para entrar a ver un ballet o una ópera. El teatro tienes que hacerlo entretenido y burdo para que la gente vaya, porque sino nadie va.

- O sea, al final cantas para pura gente con plata…

- Sí (ríe), es de elite, si no fuera así, no podría vivir. Tiene que ser cierto estándar de personas porque sino no pueden pagarme y yo no puedo hacer el evento. No puedo cantar por menos de 100 lucas, por todo el tiempo que llevo cantando, porque mi repertorio es exclusivo y lindo, y porque la empresa tiene la plata para pagarme lo que estoy cobrando. Y cuando es por menos, es porque voy a cantar dos o tres canciones a una iglesia a un matrimonio.


LA PEOR PARTE

Sin duda, un artista vive de los contactos. Es por eso que durante nuestra entrevista la llamaron dos veces al celular, pero las llamadas no interrumpieron nuestra conversación sobre lo que ella piensa de ser artista en nuestro país.

- ¿Es recomendable ser artista en Chile?

- No, no es recomendable. Si eres joven, 15 o 16 años, y se te presenta la p osibilidad de irte de Chile y hacerte famoso, por ejemplo como Kudai, que pudieron irse a México, hay que tomarla. Pero cuando eres grande, con una vida formada, a menos que se te presente una oportunidad espectacular, no te lo recomiendo. No es recomendable ser artista en Chile. Mejor que sean periodistas, niñas.






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